El útero invertido es una variante de nuestro anatomía de la zona pélvica que consiste en tener el útero hacia atrás en dirección a la pelvis, sin embargo, ¿cómo puede afectar ésto si nos quedamos embarazadas?

En realidad estamos ante una patología muy común, tanto que se estima que el 20% de la población presente esta retroversión pero todavía existen muchas dudas en torno a si esto puede dañar al feto a la hora de quedarnos embarazadas o si incluso ésto es posible.

Lo cierto es que el útero invertido no afecta en ningún caso a la fertilidad ya que el poder de que lleguen los espermatozoides al útero no se ve afectada en la concepción tal y como sucede por ejemplo con la endometriosis de la que ya hemos hablado en artículos anteriores u otras enfermedades pélvicas.

Es más, con el embarazo, lo que suele suceder es que el útero se corrige por sí sólo de forma natural o con ayuda del ginecólogo por vía vaginal puede ayudar a girar el útero y facilitar que el resto del embarazo vaya con más normalidad. En cualquier caso, si ésto no es así, no se necesita ningún tipo de tratamiento para esta situación sólo en el caso de tener dolor por ejemplo durante las relaciones sexuales o en determinadas posturas.

En cuanto a la prevención se desconoce el método pero sí existen algunos ejercicios para ayudar a combatir su posición y a largo plazo ir modificándolo  como  los ejercicios de rodilla y pecho boca arriba.

En resumen, no podemos considerar el útero invertido como una enfermedad sino como una simple torsión de un órgano que no afecta a nuestra capacidad para quedarnos embarazadas o problemas durante el embarazo.

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