Todos los padres sabemos que es muy frustante ver como nuestro bebé llorar y no sabemos qué le pasa, sin embargo, seguro que hemos oído la frase, «déjale que llore si es bueno». Pues bien, los psicoterapeutas aseguran que dejar a un niño llorar puede alterar su química cerebral y por tanto afectar a la formación de su cerebro. Con esto se refieren principalmente a los casos de lloros incontrolados en los que el bebé llega incluso a ponerse de color rojo .

Se trata ni más ni menos que de proporcionarle un mecanismo de control y que pueda parar o tranquilizar el lloro, sobre todo el que proviene del miedo. Y es que, científicamente lo que sucede es que la hormona del cortisol (la del estrés) se dispara y bloquea los receptores de serotonina que puede provocar depresiones en la etapa adulta. En otras ocasiones, bloquea el sistema límibo, la base del cerebro emocional o la memoria a corto plazo, de ahí que haya niños que sean más lentos en el aprendizaje porque esta parte está bloqueada.

Ahora bien, ¿cómo podemos calmarlos? La presencia de los padres y el contacto es fundamental para tranquilizarlos en un primer momento. A medida que vaya creciendo la socialización con otros adultos y con otros niños es imprescindible, eso sí, tras un período de adaptación porque les ayudará enormemente a controlar sus impulsos y aprenderán los unos de los otros.

Y recuerda, algunos métodos como el chupete también ayudan bastante, por lo que no dudes en entrar en El Peque de la Casa y adquirir aquellos elementos necesarios para el correcto desarrollo de tu bebé.