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Lácteos durante el embarazo ¿sí o no?

Cuando nos quedamos embarazadas, nos enfrentamos a un dilema ¿qué debemos y que no debemos comer durante estos nueve meses?

Son muchas las publicaciones e información que existen al respecto, por eso hoy queremos daros una visión más clara pero centrada sobre todo en los lácteos que es uno de los nutrientes clave que vamos a necesitar.

La razón es sencilla, el feto necesita calcio para la formación y desarrollo de huesos y dientes, corazón, nervios y músculos.

Además, un consumo adecuado de lácteos reduce el riesgo de hipertensión arterial y preeclampsia. Es por ello que desde la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) se recomienda un consumo de 1200 mg por día a partir del segundo trimestre el embarazo y durante todo el período lactante.

Ahora bien, ¿cómo tomar esa dosis de calcio necesario? Se puede realizar a través de leche, yogurt o queso en diversas formas.

Y ahora que ya sabes la importancia de tomar la dosis de calcio necesaria durante el embarazo para prevenir problemas de salud, tanto en el feto como en la madre embarazada, te invitamos a que sigas todos los artículos que publicamos semanalmente en el blog sobre maternidad, madres primerizas, partos, cuidados del bebé… Y por supuesto que no dejes de visitar nuestra tienda online con todas las novedades en canastillas para bebé y tartas de pañales personalizadas que realizamos artesanalmente con las mejores marcas para recién nacidos.

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¿Sabes qué es la pregorexia?

Hoy queremos hablaros de un trastorno alimenticio que afecta a las mujeres embarazadas: la pregorexia.

Se trata de una patología que consiste en la restricción de calorías y nutrientes, realizar ejercicio físico intenso y darse algunos «atracones» a comer por la obsesión de mantener el peso y no engordar demasiado.

Es un desordena alimentario que suele estar muy presente en personas que han tenido otro tipo de trastornos de este tipo en el pasado ya que es una etapa en la que nuestro cuerpo sufre grandes cambios, adquirirmos más peso y no todas las mujeres saben aceptarse tal cual durante esos meses.

El gran problema es la gravedad que puede suponer el no adquirir los nutrientes necesarios, tanto para la madre como para el feto, de tal forma que se pueden dar casos de hipertensión, disminución del volumen de líquido amniótico, desnutrición, descalcificación ósea, piel seca y deshidratada, arritmias, baja producción de leche materna o desprendimiento de la placenta. Por su parte, el bebé puede nacer antes de tiempo, aumentan las posibilidades de complicaciones durante el embarazo, así como de su fallecimiento tras el primer mes de vida,, bajo peso, aumento de las posibilidades de sufrir retraso mental, insuficiencia respiratoria, problemas neurológicos, hiperactividad…

Los síntomas más frecuentes son:

  • Poca ganancia o pérdida de peso durante el embarazo.
  • Restricción de la mayoría de grupos de alimentos.
  • Sentimientos de miedo excesivo o ansiedad por coger peso.
  • Exceso de ejercicio para no ganar peso.
  • Inducción al vómito tras las comidas.
  • Fatiga excesiva.
  • Mareos.
  • Evitar comidas para no engordar.
  • Dificultad en la concentración.
  • Obsesión por la reducción de peso.

Al tratarse de una enfermedad de base psiquiátrica, para el tratamiento de la pregorexia es necesario un equipo multidisciplinar especializado en este tipo de alteraciones que incluya un psiquiatra, obstetra, psicólogo, dietista-nutricionista y enfermero.

Hay que tener en cuenta que una mujer embarazada debe coger al menos entre 9 y 12 kilos como mínimo puesto que es lo normal de el peso del bebé, la placenta y el líquido amniótico. Para ello hay que calcular un consumo diario de unas 2000 kilocalorías.

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